Quien gano y quien perdio?...

ALIANZA MARURI-NOBOA

¿quién ganó y quién perdió con la alianza? ganó el equipo de fútbol de barcelona. ganó porque podrá empezar a armarse desde hoy mismo y con una amplia gama de recursos: capital, contactos, marketing deportivo, equipo humano. ganó el equipo de fútbol porque podrá llegar a ser lo suficientemente poderoso para hacerle frente en superioridad de condiciones a la mayor empresa futbolística ecuatoriana de los últimos años: liga de quito.

¿quién perdió? perdió la institución -el club- la oportunidad de abrirse a sus socios con transparencia, generosidad y espíritu inclusivo. perdió el club la oportunidad que sus socios griten "barcelona ya es de todos". ahora seguirá siendo de élites, élites que se unen entre ellas, élites que -incluso con buena intención- creen y actúan como si sólo ellas fueran capaces de gobernar el club.

ya vendrán los grandes jugadores y los campeonatos, también los planes para captar socios y otros beneficios de la gestión de maruri y noboa. pero ojalá los socios NO sean atendidos como clientes distinguidos, sino como copropietarios del club. de eso se trata la inclusividad, que -estimo- es un concepto ajeno a la alianza maruri-noboa.

en este apunte, que tal vez sea el último de este capítulo sobre barcelona que tantas líneas me ocupó, me resta agradecer a rafael verduga, césar terán y todo el equipo millenium, el noble movimiento que acogió el aporte sin cálculo del vendedor de sueños. gracias, rafael, y gracias a todos por haber hecho posible la lucha contra un régimen tiránico, inepto y vergonzoso. gracias por haber luchado con denuedo por esta convocatoria a elecciones, gracias por haber -con presión infatigable- instaurado una nueva forma de ser socio de barcelona: proactiva, valiente, transparente y leal.

queda, todavía, un combate por librar: rafael verduga y los socios de la sur oscura deben ser reactivados como socios sin socavar su antigüedad. su expulsión es una afrenta al club. libraremos, entonces, ese combate que tal vez sea el más importante, el de la justicia.

Publicado por Iván Sierra, vendedor de sueños