Sessa esta listo para el Clasico... El arquero argentino tapará hasta con los ojos cerrados...

“Los clásicos son pequeñas batallas”

El “Gato volador” del Barcelona sí ha ganado en el Capwell.
Fue con Vélez Sarsfield por la Copa Libertadores del 2007.


Gastón Sessa cuenta las horas para debutar en un Clásico del Astillero. Le han contado muchas cosas sobre estos tradicionales compromisos y lo más importante cómo se vive en la "calderita" del estadio Capwell, el reducto de su rival Emelec. Para tener esta experiencia ha observado algunos vídeos sobre estos compromisos y los ha calificado como "pequeñas batallas, pequeñas guerras futbolísticas". Al "Gato" no lo tomará de nuevo, por cuanto lo jugó mucho en Argentina cuando vistió las casacas de Racing, Rosario Central, River Plate, Vélez y Huracán Corriente.

¿Un clásico en Argentina que recuerde en particular?
Uno entre Rosario Central-Newells Old Boys. Tapaba por Rosario Central y ganamos 4-0, pero el hecho es que al equipo contrario les expulsaron cuatro jugadores. Jugamos tan bien que podría haber sido una goleada histórica, pero por decisión del técnico de Newells ordenó que un jugador de su registro se lance al suelo para hacerse el lesionado y de esa manera que no le encajen más goles. Se quedaron con siete futbolistas y ahí terminó el cotejo. El otro fue jugando por el Racing de Avellaneda ante Independiente, el mismo que tenía un equipazo con De La Torre, "Chelo" Delgado, Morales, Capria, Castro. Estábamos 3-0, pero sorpresivamente la dirigencia de Independiente decidió apagar las luces del estadio y el partido se suspendió. Así son la mayoría de los clásicos, tienen estos ingredientes y por eso de su arrastre popular.

¿Cómo se siente un jugador cuando pierde un clásico?
Cuando jugaba por River y enfrentábamos a Boca, me tocó perder un clásico en la Bombonera (cancha boquense). De ahí sentir que perder un partido como estos es muy doloroso, pero son experiencias únicas para cualquier futbolista.

¿En los clásicos, la hinchada del equipo local es mayoritaria y pesa más su respaldo?
Los clásicos son partidos especiales. Los clásicos no se juegan, sino que se ganan. No importa quién sea mejor o peor. Hay que estar bien predispuesto, más inteligente y cometer pocos errores. Eso es todo. La hinchada en las gradas y nosotros en el campo de juego.

¿Le han comentado cómo se viven los clásicos del Astillero en Guayaquil?
Me han dicho que son pequeñas batallas, pequeñas guerras y que uno no puede perder. He tenido la suerte y la posibilidad de ver los últimos enfrentamientos por vídeo y son realmente emocionantes. Esperamos estar a la altura de semejante partido y por eso nuestro equipo está preparado.

¿Tienen listos los oídos para aguantar a la barra Boca del Pozo?
Los insultos del equipo rival son inevitables. Uno los escucha, los siente y los sufre, pero está acostumbrado a enfrentar a este tipo de barristas. Tengo como 400 partidos en primera división, he jugado muchísimos clásicos en Argentina, Copa Libertadores, Copa Sudamericana, Mercosur, en otras palabras, estoy preparado para estos retos.

¿Entonces, controlará su genio así le insulten a la madre?
Para que se acabe de una vez el tema de la violencia entre los hinchas, nosotros, los protagonistas del espectáculo, debemos bajarle el perfil en estos juegos. Cualquier agravio e insultos debemos hacer oídos sordos y más bien comprometernos con el fútbol; y, así tratar de jugar nuestro partido. Eso sí cuando terminen los 90 minutos, cada uno retirarnos a nuestras casas sin hacer problemas. Si ganamos podemos festejar con tranquilidad y si perdemos volvamos a nuestros hogares con la cabeza bien en alto, por cuanto uno tiene que saber ganar o perder en los clásicos.

¿Alguna apuestita con el "Polaco" Elizaga?
No tengo relación de amistad con el "Polaco". Lo he enfrentado en Argentina en algunos equipos que él ha jugado, pero no en clásicos. Será la primera vez que lo haga. En Argentina, Marcelo (Elizaga) actuó en Quilmes, Nueva Chicago y Lanus. En el caso de Lanus, el clásico rival es Banfield; el de Quilmes es Arsenal y el de Nueva Chicago, Vélez, que fue mi último club. Cuando trabajé en Vélez, él atajaba en otro equipo y no lo pude enfrentar en juegos clásicos, pero sí varias veces en partidos del campeonato argentino.

¿Los barcelonistas confían en sus manos?
Soy un agradecido con la gente de Guayaquil. Cuando voy de compras a algún centro comercial se me acercan para algún autógrafo o alguna foto. No le niego a nadie, pero cuando tanta gente se desborda hacía mi me siento incómodo, por cuanto soy un poco vergonzoso y me da algo de timidez. En todo caso, estoy sorprendido del cariño de la hinchada, de los dirigentes y de la prensa. Ellos me han dado mucho más de lo que yo le he dado hasta ahora. Sé que puedo seguir creciendo en lo deportivo y humano. Por eso defenderé hasta con lágrimas para que el arco de Barcelona no sea batido como un homenaje a esta generosa hinchada.

¿Alguna cábala para esta clase de juegos?
La única cábala que tengo es la de levantarme todos los días a las 7 de la mañana y entregarme con toda el alma en cada uno de los entrenamientos, esa es la única verdad en el fútbol.

¿Se ha acoplado a Guayaquil?
Vine al lugar indicado. No estoy arrepentido de haber venido, a pesar de que tuve una mejor oferta para ir a tapar en el Necaxa de México o quedarme en Argentina en River Plate. Guayaquil ha sido hermosa. Es increíble su progreso, inclusive hay muchas partes de su ciudad que me hacen acordar de Miami.

No hay comentarios: