Ganamos y el equipo despunta hacia mejores dias...

Guagua dio la punta a Barcelona

El Ídolo tuvo como argumento el juego práctico y dio prioridad a la victoria antes que al espectáculo.

Barcelona se llevó la victoria de Riobamba jugando uno de los mejores cotejos como visitante.

La idea de Reinaldo Merlo fue muy clara desde el inicio y sus jugadores no lo defraudaron. “Mostaza” puso ante Olmedo un equipo corto, ordenado y veloz para salir en contragolpes.

Además, el Ídolo tuvo la virtud de saber dominar el balón durante la mayor parte del encuentro, con lo que obtuvo el control de las acciones y anuló completamente elaccionar de los dueños de casa.

Por su parte el Olmedo careció de ideas, abusó del pelotazo y pocas veces pudo perforar el fortín defensivo de los “canarios”.

Desde el inicio del partido fue Barcelona el elenco que se mostró con mayor jerarquía. En la mitad de la cancha Fernando Hidalgo -una vez más- se convirtió en un bastión y en el equilibrio del equipo.

Los toreros utilizaron a los laterales –Omar de Jesús y Óscar Bagüi- para crear peligro y arrimarse al área del ‘Ciclón’ riobambeño.

Y fueron los amarillos quienes avisaron por primera vez. Miller Bolaños y Rolando Zárate, quien levantó su nivel, tejieron una vistosa pared.

Bolaños remató alto.

De ahí en adelante Barcelona insistía. Olmedo se limitaba a defenderse. Había pasado el primer cuarto de hora y los guayaquileños eran dominadores absolutos y lo hicieron sentir con el gol de Jorge Guagua, a la salida de un tiro de esquina.

Miller Bolaños fue el encargado de tomar el balón. El juvenil prefirió jugar corto con Omar De Jesús en vez delevantar el centro.

De Jesús controló el esférico y mandó un centro templado. En busca del balón fueron varios, pero Jorge Guagua logró conectar.

La pelota en su viaje chocó en las piernas de José Luis Perlaza, zaguero olmedino, lo que provocó que el balón desubique a Francisco Caicedo, quien en su intento por detenerlo, terminó ayudando a ingresar al arco.

A partir de entonces, Olmedo pretendió levantar su fútbol, pero chocó con la férrea zaga torera que palió los avances riobambeños.

En la segunda mitad, los locales tuvieron mayores jugadas de peligro en la puerta del debutante Pablo Santillo, quien pasó sin contratiempos su examen de bienvenida en Ecuador.

El técnico de Olmedo, Dragan Miranovic, quiso dar más fuerza ofensiva con el ingreso de Estuardo Quiñónez, pero Merlo blindó su área con más jugadores defensivos que controlaron todos los apuros.

El mayor mérito de los toreros fue hacer un fútbol ordenado e inteligente. Sin ser glamoroso, pero sí efectivo
Fuente: El Telegrafo

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