Roggiero se tiene que ir si o si... Ahora la cuestion sera quien vendra... Un inepto mas o alguien que tenga antecedentes previos de saber trabajar...

Hinchas piden la salida de Roggiero

Al principio parecía un partido de la década de los 80, de aquellos en los que de vez en cuando se escuchaba algún tibio cántico para Barcelona, que se desvanecía en cuestión de segundos y se debía esperar unos cinco o diez minutos para que se entonara otro. En la General Sur del estadio Alberto Spencer no hubo petardos, ni gente trepada en las mallas, que separan los graderíos de la cancha.

No se escucharon bombos entre los hinchas toreros. La excepción fue el que trajeron cerca de 30 seguidores de Liga de Quito, que se situaron al otro extremo, en la General Norte.

Faltaron los sube y baja en las gradas como hormigas locas y saltos sobre el cemento, que suelen practicar la Sur Oscura.

No hubo nada de eso, simplemente porque los integrantes de aquella barra barcelonista no estuvieron allí. Quizá acudieron independientemente, con perfil bajo, y se mezclaron entre la multitud.

El trabajo de los 565 policías designados para el partido fue efectivo: incluyeron 20 motos y ocho caballos. Desde las 07:30 los gendarmes acudieron a la explanada e interiores del estadio con el mando de los teniente coroneles. Bolívar Hinojosa y Freddy Naranjo, 8 oficiales superiores y 25 subalternos.

Según Naranjo, 300 miembros estuvieron dentro del estadio para evitar desmanes, mientras que los demás funcionaron como filtros, incautando botellas plásticas, de vidrio, palos, objetos contundentes, petardos y astas de las banderas.
Sin embargo, no faltaron unos cuantos desadaptados. En la tribuna fueron expulsados tres y afuera del estadio la Policía impidió la entrada a otro.

Adentro, en los primeros 20 minutos del partido, el silencio era tan prolongado que solamente se escuchaba el singular ofrecimiento de un vendedor de bollos, de raza negra, que decía: “De ostión, camarón, calamar, cangrejo y hasta de iguana tengo mis bollos”. Los acompañaba por otros no menos cómicos como: “A dólar varón y sin IVA, si no te gustan me los devuelves, pero igual me pagas”.

A ratos esos ofrecimientos resultaron menos tediosos que el partido. Los cánticos fueron esporádicos hasta el minuto 43. En ese momento las tibias arengas cambiaron de tono. Ya no eran “Vamos, vamos, vamos a ganar...”. Ahora eran “Fuera Roggiero”, acompañado por comentarios que decían “Así quieres que vengamos al estadio”. Algunos se fueron con el gol de Liga, otros se fueron con el segundo y la mayoría con el tercero, casi al final del partido. Hubo indignación, pero no la violencia de los partidos anteriores.

Fuente: Expreso

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